Inaugurar esta fábrica de energía renovable por parte de una de las empresas más calificadas de la República Argentina, mi país, es para mí un altísimo honor pero, al mismo tiempo, un inmenso placer.
No estamos solamente en un lugar o con una actividad en la que se genera trabajo, sino que al trabajo se le agrega algo que es distintivo y necesario que nos ocupa hoy en la economía mundial y en el proceso de integración: alta tecnología. Cuanto mayor sea el grado de tecnología que nuestras empresas puedan desarrollar, mayor calidad de trabajo, mejor trabajo y mayor generación de riqueza.
La integración que aquí se da en un nivel de complementariedad y que es una de las características que debe abordar la integración entre Argentina y Brasil en nuestra relación bilateral y también en el MERCOSUR, y que tiene por objeto precisamente aunar los esfuerzos de escala, en este caso concreto de Brasil, donde nosotros con una industria que viene desarrollando desde hace más de 100 años, experiencia, acumulando conocimiento e investigación en materia de infraestructura energética y también portuaria, es en este caso preciso donde vemos cómo se debe desarrollar el grado de integración: aunando lo que en una actividad como ésta podemos tener nosotros de know how y de tecnología y lo que puede agregar a materia de escala y de posicionamiento en el mundo, una economía de las características de las que hoy tiene la República Federativa del Brasil. Y tal vez en otras actividades sea a la inversa, pero lo importante para argentinos y brasileros es identificar en cada una de las actividades económicas, en cada uno de los nichos en los cuales podemos competir en el mundo, cómo podemos aportar cada uno lo mejor de nuestra clase empresarial, de nuestra investigación, de nuestro conocimiento para poder potenciarnos. Yo escuchaba muy atentamente al señor Gobernador cuando hablaba de la pobreza, de la integración económica y de lo devastada que fue esta región, el Nordeste brasilero, durante décadas que generaron, como él mismo lo indicaba recién, que la mitad de los pobres de Brasil estén aquí. En mi país, en la República Argentina, la aplicación durante décadas de políticas equivocadas en materia económica, generaron también muchísimos pobres e indigentes, pero lo que es peor aún, generaron una falta de confianza en nosotros mismos como sociedad para desarrollarnos que desembocaron finalmente en la crisis política, económica e institucional del año 2001 que implosionó el país. Hoy estamos en una nueva etapa, en una etapa donde la generación de valor agregado y el desarrollo de un perfil industrial, la investigación, la tecnología en todos los campos, la diversificación de nuestra matriz energética, agregar valor en cada una de nuestras actividades se ha convertido en el eje de este modelo de acumulación diferente que estamos planteando y, en el cual, la integración con el Brasil y con el resto de los hermanos de la América del Sur, es una cuestión conceptual. (APLAUSOS) Creemos profundamente en la integración desde siempre. Usted, señor Gobernador, como yo, como el presidente Lula, somos militantes políticos, creemos en la política y sabemos que esta es la que guía la economía de un país. No al revés, como intentaron durante mucho tiempo hacernos creer que la economía era una ciencia exacta y que era imposible aplicar una orientación política diferente. En realidad, no era que creyeran eso, era el argumento que podía venderse porque, en realidad, las verdaderas intenciones no las podían describir discursivamente y, entonces, era necesario envolverlas en una doctrina donde el Estado desapareciera y donde la política nada tenía que ver con la economía. Estas políticas del neoliberalismo, causaron una inmensa tragedia en la América latina, pero hoy, como usted decía hace unos instantes, estamos en una etapa que yo defino fundacional por las cosas que tiene la historia y que no son casualidades, yo tampoco creo en las casualidades en la historia ni en la política ni en la economía. Los gobernantes elegidos por el voto popular, democrático, libre y sin proscripciones de nuestras sociedades, con nuestras diversidades, con nuestras distintas historias y con las distintas historias de nuestros países, sabemos que la integración no es una opción, es el único camino posible para remontar una historia de desencuentros y creo que de fantasmas que, con otras intenciones, intentaron sembrar, fundamentalmente, entre la Argentina y el Brasil, los dos países que, por historia, por potencialidad, por recursos naturales, por extensión geográfica, tienen la inmensa responsabilidad de ayudar más que el resto a la construcción de esa unidad latinoamericana y a la América del Sur. (APLAUSOS) Siempre le digo al presidente Lula que la historia no nos perdonaría nunca si equivocáramos el camino y no ayudáramos, en esta etapa que nos ha tocado en la historia tener la responsabilidad institucional de presidir los destinos de nuestros países, o no hiciéramos todos los esfuerzos y construyéramos todas las políticas necesarias como para seguir profundizando, articulando y consolidando esta integración del MERCOSUR y también la relación bilateral entre Argentina y Brasil. Tenemos que hacer mucho más, tenemos que lograr aumentar nuestro comercio intramercosur e intraregión mucho más. Hoy tenemos apenas un 25 por ciento, es cierto que es mucho más de lo que teníamos, este año vamos a llegar en intercambio entre Argentina y Brasil a 30 mil millones de dólares, inédito. Pero es necesario profundizar y complementarnos aún más, porque aún quedan asimetrías y, precisamente, en la superación de esas asimetrías está la clave de la profundización en el proceso de integración y cooperación entre ambos países. Permítame decirle, señor Gobernador, finalmente, que tal cual lo dije en nuestro encuentro en Buenos Aires con el presidente Lula, muchas veces siento un poquito de envidia de la República Federativa del Brasil y, fundamentalmente, de su clase empresarial. Un país que ha tenido una política de industrialización perseverante durante décadas que lo ha llevado a ocupar el lugar que hoy tiene en la economía mundial y también el discurso del trabajador de esta empresa que se comprometió a que esta fábrica sea la más "grande do mundo", este concepto de superación, este concepto de grandeza, esta autoestima que uno puede percibir a lo largo y a lo ancho del Brasil, esta energía positiva, es también la que ayuda a construir un país. Por eso, quiero felicitarlo a usted como Gobernador del Estado de Pernambuco por esta realización de hoy, un paso que tiende a la consolidación de la integración entre ambos países; quiero felicitar a la familia Pescarmona, ejemplo de empresarios argentinos, cuatro generaciones de argentinos que siguen apostando a la inversión, al conocimiento, a la investigación, a la Argentina, al Brasil y a la integración. (APLAUSOS) Me parece que son estas las acciones que consolidan, son estos los hechos en los cuales podemos palpar la integración. Finalmente, ustedes, los empresarios con responsabilidad social y quienes hemos sido electos por el voto popular, con la responsabilidad política, porque crecimiento económico, generación de riqueza e integración deben tener un solo objetivo: generar trabajo, generar calidad de vida para nuestras sociedades y cohesión social, porque la cohesión social que da el trabajo, el salario digno, la posibilidad de agregar valor con conocimiento e investigación, son los que, finalmente, como en las grandes sociedades desarrolladas, terminan generando más riqueza y se alimentan permanentemente. Por eso, felicitaciones a Pernambuco, felicitaciones a la República Federativa del Brasil, felicitaciones a la familia Pescarmona, a la República Argentina y al proceso de integración entre ambos países. Muchísimas gracias y muy buenas noches. (APLAUSOS)
Porque se pueden tener infinitos recursos naturales, se puede tener una gran extensión geográfica, pero si no se siente ese amor por la patria y ese espíritu de grandeza y de superación y de reconocimiento del lugar que lo ha visto nacer a uno, crecer y estudiar, es muy difícil llegar a ser un gran país. (APLAUSOS)