Desde el 24 y hasta el 26 de octubre en Santa Fe se realizó el III Encuentro Latinoamericano de Mujeres Urbanas y Rurales por la Soberanía Alimentaria. La Granja Agroecológica “La Verdecita” recibió a más de 150 mujeres de distintas provincias de Argentina, Bolivia, Perú, Uruguay, Brasil, Paraguay, Estados Unidos, España, los Países Bajos y Méjico que intercambiaron historias de vida, saberes y experiencias colectivas de lucha por la defensa de derechos.
El corazón de lo que alguna vez fue el cinturón hortícola más rico y más diversificado del país, hoy convertido en un desierto de soja, fue el escenario de este encuentro que unió a mujeres para debatir acerca del impacto del modelo productivo y de consumo, los agronegocios, el neoliberalismo, el patriarcado, la división internacional y doméstica del trabajo, la explotación sexual y la trata de personas. Durante tres días se trabajó en comisiones y plenarias para analizar estos principales mecanismos de opresión y control social de las mujeres y pensar las estrategias y alternativas para sostener la lucha por el derecho a la libertad, a una vida digna, el derecho a decidir sobre el propio cuerpo, a la tierra, a la producción y al consumo de alimentos sanos. “La ruta de la soja es la ruta de la trata de mujeres y niñas y la integración regional de las multinacionales explota nuestros bienes naturales y nuestros cuerpos” es una de las tantas e impactantes conclusiones de este encuentro. La urgente creación del Banco de las Mujeres gestionado y controlado socialmente por todas las organizaciones de mujeres en sus respectivos países. Las mujeres latinoamericanas proponemos:
La comisión que reflexionó acerca del “neoliberalismo, el patriarcado, los agronegocios y la marca en el cuerpo de las mujeres” usó esta metáfora para denunciar que en los territorios devastados por el modelo sojero se hace más evidente el fenómeno de la apropiación de la vida y los cuerpos de las mujeres.
El modelo sojero no sólo produce la contaminación de nuestro suelo y expulsa a las poblaciones rurales hacia las periferias pobres de las ciudades, también agrava la situación de vulnerabilidad de mujeres y niñas. Basta con mirar los márgenes de los hegemónicos y famosos “caminos de la producción” para encontrar las postales de miseria y olvido apenas iluminadas con las luces de las whiskerias donde los cuerpos de las mujeres son sometidos, violados y explotados comercialmente no sólo por los varones, sino por todo un sistema ideológico y de negocios naturalizado y validado por la sociedad.
Ana Fiol - comunicadora y una de “las verdecitas”- explica que “las multinacionales nos miran como un territorio a cortar en tajos, ven el territorio y no las comunidades; entonces aparecen las rutas destinadas a sacar la producción que las enriquece y a los costados aparecen todas las consecuencias de este sistema patriarcal y capitalista que odia a las mujeres”. “En lo social las mujeres somos invisibilizadas, en lo simbólico somos cosificadas y en lo económico explotadas. En la cotidianidad y en los medios de comunicación los cuerpos de las mujeres son brutalizados” afirma Fiol.
Todas las voces, soberanas todas
Entre las más diversas, valiosas y emotivas reflexiones, la compañera santafesina Avelina Amatti expresó que “el hombre ha tratado a la tierra igual que como trata a las mujeres; sino logramos que amen y respeten la tierra nunca podrán amarnos a nosotras”.
“Este sistema neoliberal está terminando con los seres humanos. Todas y todos quienes estamos comprometidos con esta lucha sabemos que los culpables son de otros países que con la bendición de nuestros gobiernos compran las tierras de campesinos y nos matan” manifestó Adelinda Díaz, peruana, dirigente social y Secretaría General de Trabajadoras del Hogar.
“Nuestra primera responsabilidad es unirnos y organizarnos, porque tenemos que tener en cuenta que los enemigos se organizan silenciosamente y aunque ellos viven de nuestros recursos, nosotras/os tenemos la voluntad de oponernos y presenciar la caída del capitalismo”.
“Los primitivos habitantes de mi país siempre decían que el viento, el agua, los árboles no son negociables; no se puede atrapar, tomar estas riqueza y repartirlas inequitativamente. Son riquezas que heredamos y tenemos que cuidar para las otras generaciones” cuenta Silvana Brites de Paraguay, integrante de una organización que hace 9 años trabaja por los derechos de las familias que fueron violentamente desalojadas de sus tierras en la dictadura. “Somos unos salvajes porque no pensamos en los pájaros que no pueden poner sus nidos en las ramas de la soja y no nos detenemos a pensar en esto tan despiadado. Este encuentro me ha hecho muy bien, he encontrado mujeres guapas, preocupadas por esta guerra fría que tenemos que enfrentar porque a todas nos afecta”.
La Diputada Nacional del MAS boliviano, Julia Ramos Sánchez contó: “vengo propuesta por una organización social; soy representante de las mujeres campesinas, indígenas y originarias Bartolina Sisa, del departamento de Tarija y de esta forma vamos participando y llegando hasta los niveles de decisión, para poder seguir generando políticas de bienestar basadas en la transparencia, la honestidad y el servicio a todas y todos”. Y agregó “debemos cuidar nuestras tierras. La madre tierra no la debemos utilizar, solamente para fines de lucro y fines de intereses que nos permitan enriquecernos y destrocen el medio ambiente. Hay temas fundamentales, como la tierra, el agua y los servicios, tanto salud como educación, que deben ser un servicio de primera línea para nuestro pueblo”.
“Hoy nos necesitamos, blancos, morenos, sabios, y el que no sabe ni escribir ni la jota, valemos igualitos y por eso tenemos la gran responsabilidad de ayudarnos entre todas y todos y si nos ayudamos, seremos felices el día de mañana, triunfadores. Igualitos nos juntamos para podernos desarrollar entre todas/os y construir el nuevo modelo, no solamente en Bolivia, en América Latina. Otro mundo es posible, justo, social, para todas/os”.
Unidas en la lucha no nos moverán
Además del intercambio de experiencias, las actividades culturales, el ritmo de los tambores y las comiditas sanas de los tres días, se realizó una marcha a la sede de la Bolsa de Valores y al Casino de Santa Fe para repudiar y denunciar el modelo capitalista de explotación y violencia y una de las comisiones debatió sobre las vías del Belgrano Cargas e impidió el paso del “tren sojero” durante 48 hs con el objetivo de oponerse al modelo sojero y al gerenciamiento privado de las redes de transporte y comunicación.
Desde la mañana del 25 y bajo la abundante lluvia hasta la tarde del 26 las vías del Ferrocarril Belgrano fueron interrumpidas pacíficamente, ya que por allí Belgrano Cargas transporta granos o aceite de soja que representan el 60 % de la producción de la zona para exportarlas principalmente a Europa y China.
Chabela Zanutig, de “las verdecitas”, relató que con anterioridad al encuentro “avisamos que queríamos protestar pacíficamente contra el paso del tren y la sorpresa fue que me llamaron y vinieron a verme desde la policía y desde el departamento de legales de la empresa para tratar de evitar que cortáramos la vía. Quedó demostrado que en un par de días pierden mucho dinero y nos presionaron mucho para “negociar” y levantar la medida”.
“El ferrocarril debe volver a manos del Estado como estrategia de transporte y solidaridad, además de que el tren ofrece alternativas como el ahorro de combustible y no contamina como otros modos de transporte” sostuvo Chabela.
“Obviamente es una actividad que hicimos para defender la tierra y la producción familiar de alimentos sanos y es coherente con lo que estuvimos haciendo con este encuentro” aseguró Claudia Albornoz, de la vecinal Chalet.
Dime de quién es el verde que nos amenaza
Desde el 2006 Belgrano Cargas está gerenciala por la Sociedad Operadora de Emergencia S.A. (SOE) Esta nueva administradora es controlada por Macri, con el 82% de las acciones, junto con un socio chino, dos empresas locales, la Unión Ferroviaria y el gremio de camioneros que dirige Hugo Moyano.
Durante la gestión de la SOE, el Estado se ha hecho cargo de todos los gastos operativos y las obras prioritarias. Con los aportes estatales -que promedian los $ 22,5 millones mensuales- se pagan los sueldos de 1.500 empleados, las reparaciones del material tractivo y rodante y las inversiones del programa del programa de emergencias.
Según datos publicados por el Diario Uno de Santa Fe (edición impresa, 26/10/08) por estos servicios la SOE recibe dos generosas retribuciones: un pago mensual por el gerenciamiento del 6% de los egresos totales de explotación. Y por otro lado, se queda con el 8% de cada obra de emergencia que "contrate e inspeccione”.
Según datos del Belgrano Cargas, el promedio de la tarifa es de U$18.- por tonelada transportada. Según “las verdecitas” el tren pasa entre 3 y 5 veces por día al lado de la granja y lleva entre 50 y 60 vagones, que de acuerdo a la empresa contienen 70 toneladas de carga cada uno. Por cada viaje BC recibe en promedio U$ 63.000 y de este monto SOE recibe U$ 3.780.
Estos datos sugieren que un puñado de valientes y comprometidas mujeres hizo que los más ricos perdieran de mínimo U$ 199.000 y durante dos días las vías del tren volvieron a ser del pueblo.
La feminización de la resistencia rompe las fronteras
Las mujeres participantes de este encuentro latinoamericano se proponen y nos proponen una serie de acciones colectivas y públicas. En principio y ante la presencia del genocida George Bush en Perú convocan a un repudio mundial el próximo 15 de noviembre.
Además invitan a pares y organizaciones a sumarse a una acción local y coordinada nacionalmente que incluya el corte de vías de trasporte en repudio a la ruta de la soja y de la trata de personas, a realizarse el próximo 25 de noviembre, Día Internacional de la lucha contra la violencia hacia las Mujeres. Y también convocan a realizar piquetes en cada localidad a los medios gráficos hegemónicos para frenar la distribución del diario de ese día; exigiendo el inmediato retiro de los avisos sexuales y que se modifique el tratamiento de las noticias sobre mujeres que nos agreden, cosifican y explotan; y además, que estos medios incorporen el uso del lenguaje no sexista.
Conclusiones del III Encuentro Latinoamericano de Mujeres Rurales y Urbanas por la Soberanía Alimentaria
Las mujeres latinoamericanas urbanas y rurales que nos hemos encontrado en La Verdecita para luchar por la defensa de nuestros derechos, luego de tres jornadas de compartir las experiencias y situaciones de nuestros países: Perú, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Méjico, Brasil, España, E.E.U.U, Los Países Bajos y Argentina, concluimos y declaramos que:
Nos negamos a seguir sosteniendo el trabajo de cuidado no reconocido, no valorado y no remunerado que realizamos las mujeres, y que constituye el principal sostén de este sistema patriarcal y capitalista.
En tiempos en que los explotadores del mundo pretenden re-fundar un nuevo capitalismo, nosotras queremos ser gestoras de otra economía solidaria, respetuosa de la naturaleza y humanizada.
Necesitamos un sistema socio – productivo, cultural, político y económico que nos incluya a todas y a todos; que garantice la justa distribución de lo producido, en aras de una vida digna, alegre, autónoma y soberana.
Las mujeres latinoamericanas denunciamos que:
La ruta de la soja es la ruta de la trata de personas y la integración regional de las multinacionales explota nuestros bienes naturales y nuestros cuerpos.
Es urgente para nosotras la preservación de la diversidad humana y de la biodiversidad, las cuales no pueden ser pensadas una sin la otra.
La mercantilización de los cuerpos de las mujeres y mercantilización de la tierra hasta el agotamiento y la eliminación de las diferencias.
Es por esto que las luchas por la soberanía alimentaria y la soberanía sobre nuestro cuerpo implican recuperar la capacidad de producir lo que comemos y alcanzar la autonomía y el pleno ejercicio del derecho a decidir sobre nuestro cuerpo; en consecuencia necesitamos: comunidades seguras para las mujeres y derechos sexuales y reproductivos.
Las mujeres somos en este momento las responsables de la alimentación de nuestras familias y comunidades, entonces nosotras tenemos que ser las motivadoras de un proceso que cambie el modelo de consumo impuesto que beneficia a las transnacionales y expulsa a las y los productores campesinos y pueblos originarios del campo a las periferias pobres de las grandes ciudades.
Las mujeres latinoamericanas exigimos:
Que los Estados se responsabilicen de sistemas de transporte público, seguro sano y económico como colectivos y trenes para integrar las comunidades. No queremos más barrios aislados. Necesitamos Centros de salud accesibles y disponibles de acuerdo a las necesidades de la comunidad; además que se aseguren los turnos programados y la atención humanizada. En Argentina exigimos la implementación efectiva del Programa de Salud Sexual y Procreación Responsable. Guarderías y lavaderos comunitarios en todos los barrios.
Que se remuneren las actividades de cuidado que realizamos las mujeres.
Que garanticen el acceso a la tecnología y que esté al servicio de las poblaciones tanto urbanas como rurales.
Exigimos el acceso a la alimentación sana, segura y soberana.
Consumir lo nuestro y no Coca-Cola y alimentos transgénicos.
Practicar el comercio justo y solidario a través de las ferias de intercambio de productoras/es a consumidoras/es.
Reforma agraria, de acuerdo a las necesidades de cada uno de nuestros países, uniéndonos a los procesos que se están desarrollando en Venezuela, Bolivia y Paraguay; para sostener cultivos y producción diversificada, la conservación e intercambio de semillas ancestrales, la generación de tecnología de sistemas de riego y estanques, revalorización de nuestra cadena productiva: producción, transformación o valor agregado y mercadeo. Todo esto para continuar nuestra oposición a todo tipo de monocultivo.
Generar y consolidar una red de comunicación latinoamericana permanente, para apoyar y fortalecer las luchas locales y regionales, para informar, coordinar e integrar y colectivizar la información. Impulsar campañas en los medios alternativos y comunitarios para la sensibilización y el intercambio de información para una alimentación sana.
Ante la presencia del genocida George Bush en Perú convocamos a un repudio mundial el próximo 15 de noviembre del cte.
Invitamos a nuestras pares y organizaciones a sumarse a una acción local y coordinada nacionalmente que incluya el corte de vías de trasporte en repudio a la ruta de la soja y de la trata de personas, a realizarse el próximo 25 de noviembre, Día Internacional de la lucha contra la violencia hacia las Mujeres, acompañada de una declaración de fundamentos de la lucha.
Convocamos a realizar piquetes en cada localidad a los medios gráficos hegemónicos para frenar la distribución del diario de ese día; exigiendo el inmediato retiro de los avisos sexuales y que se modifique el tratamiento de las noticias sobre mujeres que nos agreden, cosifican y explotan; además reclamamos que estos medios incorporen el uso del lenguaje no sexista.
Las mujeres latinoamericanas nos comprometemos a sostener estas luchas en nuestros países y a continuar soñando que la tierra que deseamos no tiene dueñas/os, sino que es de todas/os y para todas/os.
Las invitamos a acompañarnos y compartir con nosotras el IV Encuentro latinoamericano de mujeres rurales y urbanas por la soberanía alimentaria que se realizará en octubre del 2009 en el marco el Día de la Soberanía Alimentaria.
Por Jorgelina Londero Comunicadora feminista y participante del Encuentro de Mujeres por la Soberanía alimentaria
Publicado por laotravozdigital.com30-10-2008